Reducir o eliminar los lácteos es un objetivo cada día más popular. Las razones para dar este paso van de la empatía con el reino animal a la salud; renunciar al queso o reducirlo es uno de los pasos que cuestan más en cualquier dieta.
Hace ya tiempo que el queso vegano es una buena opción para satisfacer la nostalgia láctica, y lo mejor es que el proceso de un queso vegano no es tan distinto del de un queso tradicional. ¿Ya sospecháis a qué nos referimos?
Efectivamente, bacterias.

Queso vegano para untar a las finas hierbas

Ingredientes:

1. Escurrir los frutos secos y batirlos con todos los ingredientes menos el orégano y la albahaca.
2. Debe quedar textura cremosa y fina.
3. Añadir las hierbas y mezcla manualmente hasta integrarlas.
4. Guarda en un recipiente  de cristal, tapado con una gasa o papel de cocina. Ayúdate con una goma elástica para que se aguante bien.
5. Déjalo fermentar mínimo toda la noche dentro del armario. Incluso puedes dejarlo fermentar 24h – 48h o más.

Sabemos que el queso ha fermentado cuando vemos pequeñas burbujas en la crema.

Se conserva perfectamente en la nevera durante varias semanas.

Con un poco de la crema, puedes preparar una salsa de queso ligera añadiendo agua mineral hasta ajustar la consistencia deseada.

Este queso es ideal como desayuno, snack o como complemento de una comida.

Acompaña con un pan de buena calidad, mejor sin gluten, con crackers o con crudités.