Sí, párate un momento a pensar y fíjate en el lugar donde estás ahora. Mira el suelo, las paredes, los muebles, todo lo que tocas, donde te sientas, donde reclinas la cabeza, estamos envueltos por millones de microorganismos, de bacterias, hongos, virus, etc.
De la misma forma que tenemos un microbioma viviendo en nuestro cuerpo, también convivimos con microorganismos en nuestros hogares, esto se conoce como el “microbioma del hogar”. Este microbioma nos protege y aporta beneficios a la salud. Gran parte de los microorganismos que viven con nosotros los aportamos nosotros mismos y nuestras mascotas.
Este microbioma del hogar, puede estar formado por microorganismos “beneficiosos”, que no causan enfermedades a los animales y humanos e incluso aportan beneficios a la salud. O puede contener microorganismos patógenos que sí pueden perjudicarnos, como por ejemplo: Escherichia coli, Salmonella sp. o Legionella sp.
Igual que en el bosque o en el cuerpo humano, cuanto más diverso sea el microbioma del hogar, más beneficioso será y más podrá aportarnos.
Los humanos, nacemos, nos nutrimos, educamos y vivimos durante el 90% de nuestro tiempo dentro de edificios, estos edificios son también, como el bosque, un ecosistema.
¿Cómo promovemos un microbioma saludable en el hogar?
La diversidad y composición del microbioma con el que convivimos depende de varios factores como: el tipo de ventilación, la localización del edificio, el diseño, los materiales, las personas o animales que habitan el hogar, el uso de limpiadores o desinfectantes, etc.
Se ha demostrado que ventilar nuestra casa a través de las ventanas es mucho más beneficioso que utilizar ventilación mecánica. La convivencia con animales también nos aporta mucha más variedad de microorganismos en nuestra casa, y es importante tener en cuenta que los desinfectantes matan los microorganismos patógenos pero también los beneficiosos.
Los humanos adquieren parte de su microbioma de los microorganismos que los envuelven, así pues, es importante que el microbioma del hogar sea benficioso. El microbioma del hogar puede influenciar la salud de las personas a través de la inhalación, la ingestión o el contacto con la piel.
¿Cómo afecta el microbioma del hogar a nuestra salud?
Los humanos adquieren parte de su microbioma de los microorganismos que los envuelven, así pues, es importante que el microbioma del hogar sea benficioso. El microbioma del hogar puede influenciar la salud de las personas a través de la inhalación, la ingestión o el contacto con la piel.
El aire del interior puede transmitir patógenos como Mycobacterium tuberculosis, virus influenza del resfriado, o el hongo Aspergillus. Éstos pueden provocar infecciones, contribuir a empeorar los síntomas del asma y provocar otras reacciones alérgicas.
La parte positiva es que los microorganismos del hogar pueden también protegernos. Se ha demostrado que varios géneros de bacterias (como Acinetobacter, Lactobacillus, Neisseria, Staphylococcus, Jeotgalicoccus y Corynebacterium) protegen contra el asma y sensibilidad atópica. Algunos de éstos y otros tipos de bacterias también protegen del riesgo de padecer enfermedades alérgicas en niños.
Además, la ingestión de los microorganismos beneficiosos del entorno puede contribuir a la mejora de nuestra microbiota intestinal y potenciar los efectos de ésta en nuestra salud, como el refuerzo del sistema inmunitario, la mejora de la digestión y el metabolismo, y la lucha contra infecciones, entre otros.
¿Cómo puedo conseguir un microbioma saludable en mi hogar?
Aunque no nos guste, hay momentos en los que es necesario desinfectar. Igual que la toma de antibióticos en nuestro cuerpo, los desinfectantes eliminan los microorganismos patógenos pero también los beneficiosos. Después de la aplicación de desinfectantes, el microbioma del hogar pierde diversidad, riqueza y abundancia.
Todos sabemos que cuando la microbiota está alterada por antibióticos, se recomienda tomar un probiótico para recuperar su equilibrio. ¿Imaginas poder limpiar tu hogar con un probiótico y recuperar el microbioma de tu casa?
Bibliografia:
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